Llamandole Yeyo
- Ancko (MAMUM)
- 29 may 2020
- 2 Min. de lectura
Yeyo, Yeyis, el chico ese sin gracia alguna, que si me ponen a definirlo en una palabra diría: "boceto". Y no de forma simple, Yeyo es todo un plan para más, es toda una base para algo más grande que ni él mismo ve venir, ni nosotros logramos prever, pero ese es Yeyis.
La primerísima primera imagen que tengo de él es tan simple como su misma figura y tan ambiguo como él mismo;
Yo observaba desde un balcón, a media noche, en una finca, mientras él bailaba en el primer piso, en el frío, con una manta en los hombros,
Mi reacción inmediata fue correr escaleras abajo para unirme en su baile, sin saber que me unía a más que un baile; me unía a una aventura fallida, a un plan de escape y a una casa.
Yeyo era esa persona con la cual quedarse horas al teléfono, esa que te deja pensando que la línea se ha colgado, pero no es así, sólo se ha quedado dormido.
Yeyo era esa persona que se embarcaba en una aventura fallida, con la que escribe este texto, hacia una vida desconocida para ambos, en esa búsqueda de algo llamado "hogar".
Yeyo era ese del que huí en el plan de escape de mi vida, en la renuncia a mi propia vida.
Yeyo era también una casa, por tiempos vacía, por tiempos llena, por tiempos ocupada, por tiempos sólo llena de tiempo, a veces insuficiente, a veces excesivo.
Lejos de Yeyis, en mi destierro voluntario, como la nómada que soy, siempre pensé: a pesar del cansancio uno no vuelve a la casa que una vez ha dejado; signo muy falso de independencia, más bien signo de orgullo. Y retomando mi vida, vuelvo a casa.
De vuelta a Yeyis, encuentro la casa, el mismo boceto, el mismo baile, la misma llamada larga, la aventura constante, el plan de escape; y con miedo toco su puerta.
Toc toc....
Antes de que pueda retirarme, un "ya voy" responde siempre en eco. La casa sigue llena, llena de Yeyo, llena de recuerdos, donde todavía hay un lugar para mí. Donde siempre hay un "bienvenido".
Hoy, le hago honor a tu casa, muy tuya, muy mía, muy nuestra.
La casa que sos es el hogar de todos,
la casa que sos me recuerda lo que considero vida,
la casa, que sos vos.
He entendido que no necesitas un lugar, porque vos sos el lugar de todos,
vos no necesitas otro espacio, porque son los otros los que te habitan.
Pero entiendo también que como gran casa no tengas conciencia de la calle que ocupas, la avenida que te recorre y las esquinas que te rodean; irónico que la casa busque casa porque no sabe dónde está.
Yo, si veo el mapa, y hay en el una dirección directo a Yeyo. ¿Sino fueras la casa, cómo explicas que todos terminamos volviendo a vos?
¡Bienvenido!
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