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Daniel MG

Al mirar hacia atrás me doy cuenta, que... nunca tuve especial "mala suerte" en el amor, tuve muchos amores, sigo teniendo muchos. Y comienzo estos escritos con el chico que me inició en el amor, me enseñó del amor todo lo que sé. Gracias Dani.


En nuestros primeros años somos una esponja de acontecimientos, y cada cosa que nos pase a esa edad, nos definirá de por vida, amarse no es sólo amarse en pasado, es amarse en pequeño, es entenderse desde atrás.


Conocí a Dani a las edad de 5 años,

Era mi primer año en esa escuela,

Era también la menor del grupo,

Y ahí estaba Dani. Un chico problemático, rebelde, hablador, según todos.

Tal vez sea la edad que tenía, pero nunca vi en él ninguno de esos adjetivos.


Tuvimos una amistad de chicos,

Compartimos el carro a casa,

Y un año que parecía empezar como cualquiera, Dani no llegó a clases.

No recuerdo mucho más de la época,

pero no se me olvidará el día en que, a mis 8 años ya, Dani sube nuevamente al carro que nos llevaba al colegio.

No se me olvida la imagen, eran aproximadamente las 6 am, aun el día era azul y empezaba a aclarar, era enero, el coche para en un lugar que se me hacia familiar, al mirar a la puerta, Dani sube, y como si jamás se hubiese ido, se sienta a mi lado, me saluda y me sonríe: "Hola".

En mi mente en ese momento no había más que alegría,

Ahora que lo recuerdo nunca medí el peso de las palabras de Dani: "Estuve en una escuela Militar".

Tal vez yo muy ingenua para ender que pasaba con Dani en ese momento,

tal vez yo muy abrumada en mi infancia, nunca ví que el chico que ahora estaba a mi lado, ya no era un niño.

Sucesos más, sucesos menos, Dani se veía bastante feliz de regresar,

regresar a nuestra escuela,

a jugar,

a escondernos en el descanso bajo las escaleras,

al patio de juegos,

a las presentaciones,

a los bailes estupidos,

a las clases de educación física que odiabamos,

a sentarnos en la tarima cuando nadie más estaba allí,

a acompañarnos, a acompañarme, a cuidarnos.


Un dia, sin más, nos hicimos novios, 9 años teníamos ya,

Un amor muy inocente,

Nunca supe todo lo que me estaba enseñando.

Nuestro adorable primer beso, en su casa, en la piscina de su edificio, bajo el agua, para que no nos vieran. Único beso.

Tiempo después, 10 años ya, dramas más, dramas menos, traumas más, traumas menos,

yo estaba a punto de dejar la escuela, y bajo confusas excusas terminamos,

Decisión de la cual me arrepentí minutos después y rogué que volviéramos

Sus palabras, no las olvido: "No, ya se como va a ser, volveremos a terminar por lo mismo".

¿que tan maduro puede ser un niño de 10 años? Lo suficiente para darme la lección de mi vida.


A pesar de esto Dani jamás se apartó.

Me pase de colegio, pero hablábamos cada tarde por horas,

Me enviaba mensajes a las 5am para despertarme,

Se preocupaba por todo lo que me sucedía.

Y así los años pasaron, cuando volvimos a encontrarnos,

a nuestros 15 años.


Nunca olvidaré que me vi esa película dos veces sólo para ir a verla con él de nuevo,

no olvidaré la banca afuera de ese centro comercial donde él me cuestionaba sobre el sentido de la vida,

Estaba tan hermoso, y reafirmó que sí me gustan los lunares es porque él tenía muchos.

Después de que me llevara hasta mi casa, por alguna extraña razón, ambos entramos muy de lleno a nuestras vidas. Y nos olvidamos.


Oh, sorpresa para mi, recibo una llamada cuando tengo 17 años, era Dani,

A estas alturas ambos ya habíamos pasado por cosas que no queríamos que nuestro niño de infancia supiera,

ahora entiendo que para él era el momento de que su infancia lo reconociera,

me rompia el corazon sus palabras,

y a parte de ser sólo un oído, no hice nada más por Dani.

Desde ese entonces no se nada de él. Y aunque no quisiera, si recuerdo esa conversación, seguramente puede que ahora no este en este mundo.


Sea como sea, Daniel me enseñó todo lo que sé sobre el amor,

Que debe acompañarse, cuidarse, esperarse, no juzgarse,

Debe ser infantil, pero debe tener la fuerza para decirle al niño el adulto que soy,

que tiene un tiempo, y que debe dejarse morir si es tiempo para ello.

me enseñó a amar con locura sus lunares,

sus hoyuelos,

sus cabellos negros,

su carisma,

su extrañeza

y sobre todo, su nombre.


Te amo Dani y siempre te amaré. Siempre, siempre, siempre. Para toda la vida. Y aunque mi memoria sea dudosa, y se desvanezca, el tiempo no me quita tu rostro, tu tono de voz, tus palabras, tu existencia. Te amo.


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Para ambos leernos, justo aquí:

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