Ansiedad.

Ansiedad... de esas sensaciones o enfermedades modernas que se acompañan de definiciones triviales y ambiguas, pareciera que él que escribe sobre ella jamás la experimentó.

Y si, hablo de ella como una enfermedad moderna porque al parecer "todo el mundo la posee", y aveces no se si quisiera que la frase fuera real para que todos tuvieran empatía cuando ven que una pierna empieza a temblar sin razón aparente, o si lo que enrealidad quiero es que lo que sea que sufre la gente de ahora lo renombren, porque seguro no será ansiedad.

La ansiedad llega a tu vida, al parecer, sin razón alguna,

sin invitación,

cuando no se le espera,

y te empieza a separarte del resto, aunque no te das cuenta,

comienza con tus pies, sin tener ni conciencia ni control de ellos, empiezas a moverlos,

agitarlos,

a temblar,

pero pareces no darte cuenta,

aunque los otros si, y llegará el momento en que alguien ponga su mano sobre tu pierna preguntando: ¿que pasa? o simplemente: !calmate! !quieto!

y justo es ahí cuando te das cuenta que no podés estar quieto,

que no tenés dominio sobre esa pierna,

que no sabes porque se mueve,

que tratas de que no lo haga pero no obedece,

que no hay calma en esa parte de tu cuerpo,

y que en algún lado de tu inconsciente tampoco hay calma,

porque aparentemente todo estaba bien... pero se comenzó a notar que no,

y no sabes que va mal,

no sabes que va mal,

eso es lo que jode.

Incluso lo antes descrito se vuelve paisaje, se vuelve normal,

pasa a diario,

se puede responder con un: estoy bien, o plantar el pie en el piso,

hacer contacto con el suelo y esperar que el otro deje de mirar para permitir que tiemble de nuevo.

La ansiedad se hace amiga, hermana y consejera.

Pero no todo el tiempo.

Uno tiene ansiedad todo el tiempo, siempre vive con ella,

hasta que te da un ataque de ansiedad,

hasta que pide que la veas.

Cuando se tiene un ataque de ansiedad no se necesita de un otro que calme tus piernas, o tus manos, o tu boca,

uno se da cuenta, y si te das cuenta ya estas mal.

Ya no es solo inconsciente.

Tiemblan tus piernas, tus manos también, pareces no darte cuenta, pero lo sabes, solo lo estas ignorando como de costumbre,

aunque sabes que no es normal, uno conoce cuando su hermana no actúa normal,

pero uno se engaña, uno no quiere aceptar que el hermano va mal,

y demasiado tarde para reaccionar, la respiración también parece temblar,

no se puede respirar profundo,

no se puedo exhalar fluido,

no se le puede ordenar al cerebro que inhale de nuevo después de exhalar,

y los pies no paran,

aunque te agarres la cabeza, rasguñes lo que está al lado,

nada puede recordarle al cerebro cómo se respira,

no hay un tercero que pida calma, ni hay calma en el conciente que le ordene al cuerpo que se calme.

Las lágrimas son inevitables, y no, no vienen a causa de la situación,

vienen por la impotencia,

¿cuando se me olvidó respirar?

No se respira tan rápido, el cuerpo no debe temblar, el cuarto no debe palpitar, la cama no se debe mover, la pantalla del celular no debe titilar, la vista no se debe nublar.

Y cuando con ayuda, o sin ella... logras mágicamente volver o tirarte al piso,

la vista se siente segada por un flash,

uno está agotado,

con miedo,

impotente,

enojado,

aun sin poder respirar profundo, pero respirando.

Aún sin arreglar nada, pero evitando.

Aún sin lograr que el cuerpo no tiemble, pero conteniendose.

Y esa sensación queda ahí, para volver a ella cuántas veces ella te ataque, o cuantas veces tu pierna se agite para avisarte: "puedo hacer que tu respiración tiemble también"

Suspirar después de un ataque de ansiedad es tal vez la sensación a la que más se le agradece. Significa: "Sabía respirar después de todo" y calma. Se agradece ese breve momento, y uno se aferra a su calma pidiendo que pueda atesorarla en alguna parte de su cuerpo, para que venga al rescate la próxima vez.